Cada marca/empresa intenta destacar como mejor cree, invierte sus dineros y le da la personalidad que desea; una empresa no tiene ideas, de ningún tipo, son las personas que la forman -o dirigen- quienes se las incorporan, y tras un curioso fenómeno de asimilación e identificación, llegamos a unir un logo más o menos abstracto con unos ideales. Se supone, claro, porque hay marcas con las que no se les puede identificar con nada, honestamente se me ocurren para ciertas marcas pero como me he levantado diplomático, no voy a dar ejemplos, pero hay unos cuantos.
Hay quien dice que no hay ideales mejores o peores, que invertir el dinero en unas cosas u otras no deja de ser una forma de hacer publicidad y que sólo de ganar pasta se trata, que patrocinar carreras, corredores, innovar o no, fabricar en un sitio o en otro, donar dinero, hacer acciones, promover, o cruzarse de brazos, copiar a saco, usar mano de obra esclava o cualquier cosa que se nos ocurra entre ambos extremos no dejan de ser las dos caras de la misma moneda.
No puedo estar más en desacuerdo, claro. Generalmente las personas que dirigen las empresas (por ser las más influyentes, pero también el resto de la plantilla conforma y enriquecen las mismas) marcan la senda de estas, y pueden no sólo mejorar la percepción que tenemos de ellas sino retornar a la sociedad, el entorno, la región o lo que sea. Patagonia es una marca ejemplo de lo que digo, han desarrollado una historia alrededor de una marca que ya quisiera cualquier otra de cualquier sector en el mundo, son el santo y seña de las responsabilidad social corporativa, y encima, lo saben contar muy bien.
Hace unos años, el dueño y esposa compraron grandes fincas en Patagonia con la idea de crear algún día un parque nacional donde la fauna y la flora pudieran medrar con libertad. En ello están y dentro de poco será realidad. Y a los trail runners nos lo cuentan con la excusa de un reto de tres corredores por dicho lugar. Y te lo tragas, te lo crees y te lo guardas en la memoria como un bonito cuento, y como somos homo historiarsis y nos gustan y recordamos mejor las historia, te metes 15' de anuncio y tan contento. Well done!
+: YouTube - 'Patagonia'
Hay quien dice que no hay ideales mejores o peores, que invertir el dinero en unas cosas u otras no deja de ser una forma de hacer publicidad y que sólo de ganar pasta se trata, que patrocinar carreras, corredores, innovar o no, fabricar en un sitio o en otro, donar dinero, hacer acciones, promover, o cruzarse de brazos, copiar a saco, usar mano de obra esclava o cualquier cosa que se nos ocurra entre ambos extremos no dejan de ser las dos caras de la misma moneda.
No puedo estar más en desacuerdo, claro. Generalmente las personas que dirigen las empresas (por ser las más influyentes, pero también el resto de la plantilla conforma y enriquecen las mismas) marcan la senda de estas, y pueden no sólo mejorar la percepción que tenemos de ellas sino retornar a la sociedad, el entorno, la región o lo que sea. Patagonia es una marca ejemplo de lo que digo, han desarrollado una historia alrededor de una marca que ya quisiera cualquier otra de cualquier sector en el mundo, son el santo y seña de las responsabilidad social corporativa, y encima, lo saben contar muy bien.
Hace unos años, el dueño y esposa compraron grandes fincas en Patagonia con la idea de crear algún día un parque nacional donde la fauna y la flora pudieran medrar con libertad. En ello están y dentro de poco será realidad. Y a los trail runners nos lo cuentan con la excusa de un reto de tres corredores por dicho lugar. Y te lo tragas, te lo crees y te lo guardas en la memoria como un bonito cuento, y como somos homo historiarsis y nos gustan y recordamos mejor las historia, te metes 15' de anuncio y tan contento. Well done!
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